
Durante las entrevistas, y en la selección misma , Mesa nos muestra su postura de admiración para con el Nacionalismo Revolucionario, llanamente por el MNR, partido al que considera como el único que ha introducido cambios trascendentales en la historia reciente de Bolivia -sean éstos acertados o no, contradictorios o no-. El sesgo pontifical -con tímidos matices críticos- con el que encara las conversaciones con los protagonistas de la Revolución Nacional, es indiscutible.
Tratándose de personajes identificados con la izquierda boliviana, de tendencia marxista, aún del nacionalismo revolucionario de izquierda; el énfasis está sobre la decadencia del marxismo -según haya sido la entrevista pre o post 1990- o su obsolencia luego de la estrepitosa caída del socialismo "real", es repetido; así como también en las notas introductorias, quijotizar, en el mejor de los casos, a los personajes que optaron por la "vía equivocada" (comillas propias del autor de ésta nota).
Para con los líderes carismáticos, el carácter populista y de perspectiva caótica de esos liderazgos, matiza las entrevistas, intentando dejar a sus interlocutores arrinconados entre su propuesta "aventurera" o su concientización para afiliarse a la vía histórica indiscutible de libre mercado, achicamiento estatal, democracia representativa y reducción del gasto fiscal.
La entrevista con Mario Rueda Peña fué la que mas repercusión tuvo, en su momento, y en ella Mesa -como él mismo lo reconoce- se deja llevar por el apasionamiento y deja entrever sus propias convicciones, simpatías y adherencias.
"Su campaña parece ir como un tren fuera de control, ¿por qué es tan popular?"- preguntaba Lisa Simpson a Mr. Burns en un clásico episodio de Los Simpson's. Las entrevistas a Gonzalo Sanchez de Lozada, sobre todo la de 1993, en determinados pasajes - pocos para no escribir de memoria y con mala intención- hacen recordar ese grado de docilidad crítica; el contraste es notorio sobre todo después de leer la agudeza y precisión con la que interpela a políticos de ADN y MIR, especialmente. Seguramente, con los hechos ya ocurridos (binomio electoral Sanchez de Lozada - Carlos Mesa, MNR 2002), éstas conclusiones no tienen ningún otro mérito que el de la referencia.
Pero, interpretaciones personales de la obra desde una determinada visión histórica u otra, la lectura de éste libro no puede calificarse de prescindible; en algunos casos, su importancia es innegable a la hora de conocer detalles inéditos de circunstancias no totalmente esclarecidas de la política boliviana de la segunda mitad del siglo XX.
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