EL FRASCO

La película de Alberto Lecchi (2008, Kimera Films y Zarlek Producciones), contiene muchos momentos que la hacen entrañable y perdurable. La simplicidad con que está narrada se ajusta a la perfección con lo intenso y diáfano de la historia que protagonizan Darío Grandinetti, Pérez -El Mudo-, y Leticia Brédice, Romina - la maestra-.
Pérez, en realidad López como luego se conocería, es un hombre silencioso, ensimismado, que es chofer de una línea de omnibus en un pueblo del interior de Santa Fé-Argentina, donde es conocido como "El Mudo". Inmerso en el cumplimiento de su ruta, un día es interceptado por Romina, la maestra, quien le pide el favor de llevarle una muestra de orina, para un análisis exigido por su escuela. Pérez acepta, pero en el transcurso de su viaje, en el almuerzo, deja olvidada la caja que contenía el frasco de la muestra, el cual no puede recuperar, y se ve obligado (?) a mentirle a la maestra diciéndole que ya había dejado el frasco en el laboratorio; lo cuyal hizo pero con una variante que desencadenaría en los sucesos posteriores.
El romance de Pérez con la maestra (¿comedia romántica?) está contado con los recursos mas sencillos y recuerda la ternura de los personajes de De Sica, cuando no se sabe si el/la protagonista está completamente loco, es un asesino en serie o qué, pero en ese momento se muestra como un abanderado de sus emociones.
Grandinetti no suele defraudar, y éste es uno de los casos en los que vuelve a a exhibir su talento, ésta vez interpretando a un personaje parco y enigmático.
Leticia Brédice, que había mostrado su calidad en ya varias películas (Nueve Reinas, Kamchatka), y también en la serie "Locas de Amor", mantiene su nivel en su papel de la maestra atribulada.

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