
A ver, tu haces algo (bueno o malo, presunciones categóricas aceptadas) intencional o accidentalmente (causalidad out)… entonces… estas sujeto a la mirada de un ente, alguien-algo-varios. ¿Mirada de quien? De Dios diría un teólogo decidido o un creyente, de la sociedad, de ti mismo y tu autocrítica, dirías.…; pero lo que no se supone con naturalidad, en sano razonamiento, es que pueda haber testigos presenciales puntuales, específicos para tu caso, estratégica y tácticamente ubicados en el planeta todo. No con fines preventivos-punitivos-sancionadores (policía.com.bo), no con fines antropo-investigativos… peor aún.
El libre albedrío, la autosugestión controlada, el actuar humano reflexivo e impulsivo, encontrarían su vigía permanente, de una forma, en una empresa.
Testigofijo.org nació para cumplir esa función, entre otras, a partir de utopías y entreveros sentimentales de sus primeros ejecutivos.
Espía debió ser la primera denominación del incipiente grupo, porque era la actividad a la que se dedicaba en principio: a mantener vigiladas a las personas por las cuales se pedían informes, fotografías y seguimientos; esposos y esposas, novios y novias, madres, amantes, familiares o instigadores tomaban los servicios de la recién aparecida Agencia Investigativa “Watson”, que dirigía Rafael Arellano (capitalista principal) y ejecutaba Fauna Cáceres. La Agencia creció de los 5 empleados iniciales, al punto de llegar a los 17 dependientes externos, entre fotógrafos, peritos caligráficos, investigadores de campo, ilustres filósofos y extras. Luego, por motivos sospechados pero no confirmados, la Agencia fue tomando un cariz diferente; diríase filantrópico pero diríase mal.
De la sólida organización quedaba poco, ya que las oficinas de contabilidad y las administrativas habían sido anexadas y convertidas en una sala de reuniones privadas que fueron adquiriendo la forma de concilios por su extensión, pero sobre todo por su estricta privacidad y su inmanente misticismo.
Fauna era la organizadora, y a quien se debía acudir para conocer realmente los pormenores de su funcionamiento. Alma matriz del proyecto, era una mujer de lo menos singular que uno pueda imaginarse. Adusta de carácter, puntual hasta en las nimiedades cotidianas. Partidaria de evitar líos y controversias a favor de la funcionalidad, había asumido, de facto, para si, la tarea administrativa y operativa de la Agencia. Dinámica y eficaz para los cálculos, previsiones impositivas y medidas de ejecución urgente, se había brindado por completo al proyecto y era imprescindible; ya consolidada la Agencia, lo hizo de la misma manera y reinó entre bambalinas por un año y medio (ya enTestigofijo.org) hasta que murió.
Actitudes y maneras que fue adquiriendo gradualmente Arellano, desde los primeros tiempos de “Watson”, pasaron inadvertidos y quedaron solo como motivos de chisme y bromas para con las extravagancias muy propias de ejecutivos exitosos que preferían llenar sus horas libres en cuestiones perjudiciales, como son la lectura de libros que no sirven para nada. Después tomaron forma de reglas y lineamientos políticos internos. Testigofijo.org abandonaba el lucro como función principal, Arellano se vislumbraba asimismo como el rockstar anti-establishment que conseguiría lo que nadie, ser feliz e imponer su felicidad como utopía para el resto. ¿Cómo? De eso se trata este Informe.
La ciudad crece, pero no tanto todavía para suponer que desde su precariedad tecnológica y de mercado se pueda aspirar a emprender un proyecto de semejante magnitud como el pensado por Arellano en horas de profundas reflexiones. La mente, dice Arellano, no encuentra en esos límites más que la necesidad de imponerse el desafío de enfrentarlos.
El descontrol y lo que han venido a llamar la nueva decadencia del mundo (deshumanizado, mercantil, agotado en sus recursos, individualista, dogmático, cíclico en la crisis) no es mas que el producto de la desorganización. Mejor, quienes lo organizaban han cesado de hacerlo de la férrea manera que antes lo hacían y han dejado que discurran los sucesos y también la cultura sin haber previsto las consecuencias del desborde.
La ciencia, la información, la muerte cada vez menos temible, Dios y el Diablo unívocos e inextensibles, la duda filosófica, las pasiones que han de justificarlo todo: ahí el caótico presente. El hedonismo del rock’n roll (su alrededor supra humano, sátiro y autodestructivo), seria la única fuerza perdurable del goce. El soporte sonoro del Apocalipsis virtual, con el que se encargaría de contribuir nuestro héroe (anónimo y plácido) Arellano.
Una empresita de seis oficinas, una mujer díscola e inaguantable al frente, él mismo y sus balbuceos metafísicos ¿serian suficientes para cumplir con el propósito máximo?
Estamos ganando bien y nos merecemos unas vacaciones Rafito. Todos al almuerzo de cumpleaños de doña Leonor Suárez de Arellano, madre mía y mentora fútil de lo que vendrá. Digan que no soy el mismo flojo de antes, porque ahora no estaríamos contándola.
Las ocupaciones le habían impedido ver con claridad, y lo que los demás llamaban ocio improductivo derivó en el desencadenamiento de visiones y fatiga esclarecedora de lo que iba a hacer a futuro: proponer la creación de Testigofijo.org, aunque Fauna y la madre que lo parió eleven el grito al cielo. Aun con el riesgo de que el viejo Augusto Arellano vuelva al vicio de las fumadas y esta vez no sea con las consecuencias afortunadas de otrora. El panorama era simple, la propuesta básicamente seria la siguiente: para crear testigofijo.org, se necesita X cantidad de inversión extra y la proyección de utilidades seria 0.
Fauna querida, cuanto hubiera deseado que me apoyes en esta “locura”; así te demostrases a ti misma que me quieres y que tu gracia oculta florece ante todos como lo ha hecho para conmigo, sin que podamos evitarlo.
¿Y por que no? ¿Por ganar mas y que te vayas un poco lejos, un poco al carajo? ¿Porque hay que viajar en familia a Budapest para ver al tío Manrique? ¿Por el miedo al hambre? ¿Porque estamos viejos y tristes? No, aquí se hace lo que yo, simple transmisor, escribo.
Como no podían obviarse las formas, y pese a las mala predisposición de Fauna y las miradas de incertidumbre del personal en general, se suscribieron los documentos pertinentes y se creo oficialmente Testigofijo.org,, representado legalmente por Fauna Clara Cáceres Trigoso. Y punto.
Con la nueva organización: chau Fauna, adiós cordura y cócteles; bienvenida certidumbre, posteridad, y fanatismo tribal por la venganza.
¿Y como murió Fauna? De tristeza, descubierta in fraganti por el equipo técnico interno de turno.
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