SANCHEZ DE LOZADA Y MENEM EN EL TREN DE LA HISTORIA

A estas alturas, tal vez la comparación sea extemporánea, pero, ante los hechos se puede decir que las trayectorias políticas de ambos personajes, ex-presidentes los dos, han tenido ciertos puntos de contacto que hacen de esta posible evaluación, por lo menos un ejercicio descriptivo.
Gonzalo Sánchez de Lozada, aparece en la vida publica del país mucho tiempo antes de
desempeñar su rol político, en el ámbito de la cultura, del cine (Mina Alaska) y también del arte, por su conocida afición a las obras pictóricas, convirtiéndose en una especie de mecenas (el iba a financiar el trabajo del libreto teatral “Perdido Viajero”, de Jaime Saenz, que debía musicalizar Alberto Villalpando).
A partir de los años ’80 es que ingresa Goni al ejercicio de las funciones publicas, primero fue Ministro estrella del ultimo gobierno de Víctor Paz Estensoro (1985-1989); desde su cartera de Ministro de Economía impulso las reformas estructurales que redefinieron el rumbo de un país que había sufrido la inflación mas escandalosa de su historia moderna. A finales del gobierno de Paz, y ante la inevitabilidad de su cesación al frente del partido mas tradicional de Bolivia (M.N.R.), se disputo internamente por la jefatura del Movimiento Nacionalista Revolucionario, entre los dos mas importantes aspirantes a ser Jefe de Partido estaban por un lado el experimentado dirigente y representante del tradicional Nacionalismo Revolucionario, Guillermo Bedregal; por el otro, Gonzalo Sánchez de Lozada, figura que liderizaba el ala tecnócrata-moderna del M.N.R., a partir de allí se definiría el lineamiento que iba a adoptar en los siguientes años el partido que liderizo la Revolución de 1952.
Luego de que en los años ’70, despues de la muerte de Juan Domingo Perón, había sido nuevamente proscrito el peronismo en toda la Republica Argentina, este país recuperaba, en 1983, la forma democrática de gobierno, abriendo paso a las elecciones provinciales y nacionales; Carlos Menem ya había sido gobernador durante dos periodos, no consecutivos porque fue encarcelado y privado de sus derechos ciudadanos durante el proceso militar, y en la elección de ese año logra ser electo para su tercer mandato al frente de la gobernación de La Rioja. Su triunfo, con un 65% de los votos provinciales, le abre paso para erigirse como una opción nacional para las elecciones de 1989, por el Partido Justicialista (peronismo); consigue su propósito después de una disputada pugna con el dirigente Antonio Cafiero, Ministro de Perón, en su ultimo mandato de 1973, sucedido por Isabel Perón a raíz de la muerte del General. La postulación de Cafiero y su triunfo, para gobernador de Buenos Aires en 1987, cierra la estrategia de Menem, que consigue ser el candidato del peronismo frente a un disminuido Partido Radical, que con Raúl Alfonsin pidiendo el recorte de su mandato, postulaba al gobernador de Córdoba Eduardo Angeloz.
Sánchez de Lozada gano las elecciones presidenciales de 1989, pero no fue elegido presidente sino hasta 1993, por la gestión 93-97, periodo en el que efectivizo las reformas liberales que eran exigidas al país desde los centros financieros del continente, aunque no privatizando en su totalidad las empresas publicas, sino convirtiéndolas en Sociedades de Economía Mixta (Capitalización), para posibilitar la inversión de capital extranjero, pero también cediendo en mayor medida el manejo ejecutivo de gestión de las mismas. También reformo el sistema de pensiones a semejanza del modelo chileno, implementando la jubilación privada y dejando que entidades privas AFPs se encarguen del manejo de los aportes jubilatorios. Su segundo mandato 2002-2003, en el que no tuvo la fuerza suficiente para imponer su programa de gobierno, demostró que su elección había sido forzada y era insostenible su continuidad en el poder con la legitimidad de apenas un 23% obtenido en los comicios previos.
Carlos Menem, gano las elecciones presidenciales de 1989 y gobernó durante 10 años a la Argentina (fue reelegido en 1995), quiso ser el alumno mas aplicado de América, en la aplicación de las recetas del F.M.I. y B.M., y procedió a la privatización de todas las empresas publicas (deficitarias) a fin de conseguir gestiones eficaces y achicar el Estado, disminuyendo el gasto publico y también las inversiones sociales. Su nivel de popularidad decayó al mismo tiempo que gran parte de la responsabilidad por la crisis argentina de 1999-2000 le es atribuida por quienes concluyeron que la aplicación de medidas como el “uno a uno” (dolarización factica de la economía) y el libre mercado sin prácticamente regulación, habían llevado al desastre a su país.
Ambos ex mandatarios fueron en su momento emblemas, carismáticos y populares, de la posible modernidad de sus países, también estaban cobijados bajo las banderas de los partidos históricos de sus naciones; también, provocaron el colapso de los ferrocarriles de los dos países: de tren de la historia... poco.

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