En “No te Vayas Campeón” el gran Fontanarrosa hace un repaso, mas que histórico o cronológico, celebratorio por los grandes equipos (y jugadores) del fútbol profesional argentino; es decir, la esencia del fútbol grande y cotidiano de aquel país.
Aunque el “negro” anuncia un recuento antojadizo librado a sus recuerdos personales, nos encontramos ante una muy completa y sentida remembranza de algunas de las formaciones mas celebres de los clubes argentinos de distintas épocas. El énfasis particular puesto en los cuadros campeones de Rosario Central es infaltable, siendo el autor un “canalla” orgulloso en vida y recordado con fervor y honores en la actualidad. Además, no podía ser de otra manera, entra también en detalle a la hora de referirse a los cuadros campeones del odiado Newell’s Old Boys; bien podría decirse que este libro es el panorama del fútbol grande visto desde Rosario con los ojos de un “canalla” genial ya que muchas de las crónicas, él lo dice, son producto de las tardes futboleras vistas cuando los clubes de Buenos Aires (y otros tambien) llegaban a Rosario a jugar con Central o Newell’s.
El libro esta hábilmente compuesto entre anecdotas, estados de animo y precisiones tecnicas, asi como sutiles propuganciones para un futbol que se fue, pero tambien del futbol presente a tiempo de haberse escrito la obra.
Fontanarrosa ha escrito muchos cuentos de futbol; es asi que para el transito de la ficcion a este ejercicio fantastico con protagonistas reales y hechos ciertos tuvo la libertad de no remitirse con rigor a fechas y resultados estadisticos, sino que bajo ciertas premisas (entre los memorables, no figura ninguno que no haya sido campeon), e ineludibles protagonistas (Labruna, Di Stefano, Gatti, Maradona…) tambien estan hechos epicos que pasan inadvertidos para el gran publico (sobre todo fuera de la Argentina) como el Chacarita del Metro ’68, Quilmes, o el Ferrocarril Oeste de Griguol; ademas de figuras a veces pintorescas (el color de Valentim), a veces heroicas (la palomita de Poy, inmortalizada en “19 de diciembre de 1971”) que quiza el tiempo y la sucesion de eventos con y sin importancia han ido dejando en el fondo del baúl de los recuerdos de los animales futboleros.
Aunque el “negro” anuncia un recuento antojadizo librado a sus recuerdos personales, nos encontramos ante una muy completa y sentida remembranza de algunas de las formaciones mas celebres de los clubes argentinos de distintas épocas. El énfasis particular puesto en los cuadros campeones de Rosario Central es infaltable, siendo el autor un “canalla” orgulloso en vida y recordado con fervor y honores en la actualidad. Además, no podía ser de otra manera, entra también en detalle a la hora de referirse a los cuadros campeones del odiado Newell’s Old Boys; bien podría decirse que este libro es el panorama del fútbol grande visto desde Rosario con los ojos de un “canalla” genial ya que muchas de las crónicas, él lo dice, son producto de las tardes futboleras vistas cuando los clubes de Buenos Aires (y otros tambien) llegaban a Rosario a jugar con Central o Newell’s.
El libro esta hábilmente compuesto entre anecdotas, estados de animo y precisiones tecnicas, asi como sutiles propuganciones para un futbol que se fue, pero tambien del futbol presente a tiempo de haberse escrito la obra.
Fontanarrosa ha escrito muchos cuentos de futbol; es asi que para el transito de la ficcion a este ejercicio fantastico con protagonistas reales y hechos ciertos tuvo la libertad de no remitirse con rigor a fechas y resultados estadisticos, sino que bajo ciertas premisas (entre los memorables, no figura ninguno que no haya sido campeon), e ineludibles protagonistas (Labruna, Di Stefano, Gatti, Maradona…) tambien estan hechos epicos que pasan inadvertidos para el gran publico (sobre todo fuera de la Argentina) como el Chacarita del Metro ’68, Quilmes, o el Ferrocarril Oeste de Griguol; ademas de figuras a veces pintorescas (el color de Valentim), a veces heroicas (la palomita de Poy, inmortalizada en “19 de diciembre de 1971”) que quiza el tiempo y la sucesion de eventos con y sin importancia han ido dejando en el fondo del baúl de los recuerdos de los animales futboleros.
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