("Una jugada de Ricardo Bajo, René Villegas y Aldo Mercado" Ed. Gente Común. La Paz 2008)
Este libro, publicado en 2008 en conmemoración al Centenario de The Strongest, reúne 29 cuentos escritos por diferentes autores, y un poema; además incluye un prólogo escrito por Ricardo Bajo en el que explica el orígen de la publicación. También tiene, en la contratapa, un breve texto del gran Luis H. Antezana.
El primer cuento, "Tigre Virtual", del "Ojo de Vidrio" Ramón Rocha Monroy, es estrictamente un cuento de fútbol (de nor ser por el título, no se menciona al club). En él relata la habilidad de "El Gordo para crear, mediante la tecnología y basado en arquetipos virtuales, al jugador perfecto (El Moncho). Ya concretado el proyecto, el propio "Gordo" se encarga de crear a su némesis, un marcador concebido de la misma manera, al que "El Moncho" solo logra vencer desde la imprevisibilidad.
Juan Claudio Lechín, en "Un Camba Stronguista", nos traslada a la Santa Cruz de los años '60, "cuando casi nadie era de Blooming ni de Oriente Petrolero" y al contarnos la truncada historia del "camba de oro", incluyendo una moraleja redundante de la unidad del país, hace la primera parada del libro por Viloco'69.
"Radiografía de un Gol" de Gonzalo Lema, como lo aclara Bajo en el prólogo, es un fragmento de la novela "Si encuentras a Mary Jo" (Gente Común:2007). Una crónica de un Wilstermann-The Strongest disputado en Cochabamba, en el que se describen muy bien algunas de las características del fútbol boliviano de finales de los '70, la dureza con la que se jugaba entonces y se mencionan algunos nombres de jugadores stronguistas, ya históricos. Es notorio el énfasis que está puesto en los jugadores de Wilster, imcluso el gol del final.
Willy Camacho es autor de "Forever Friends", donde narra la historia del maestro albañil Lucio, capitán de "Tigres del Ande", especialmente la de un partido que define el campeonato zonal contra el celeste y juvenil "Forever Friends", donde él, es protagonista principal (estrena cintillo de capitán especialmente bordado, tiene a su cargo un penal decisivo) y donde finalizaría trágicamente. Durante el relato conocemos la rabia interna (racial-laboral) y el pensamiento íntimo del personaje para con la vida; vemos cómo desde un partido (pasión) se intenta equilibrar, de cierta forma, lo injusto de la cotidianidad.
En "Mermelada y Gol", Mabel Vargas nos vuelve a Viloco'69, a través de un suceso matinal en el que la niña-personaje, graba para sí misma el momento trágico, en forma de sabores, colores y sensaciones.
Oscar Díaz Arnau, muestra con su cortísimo cuento "El Dios Tigre", la efectividad de los relatos cortos cuando de transmitir emociones se trata, y nos deja perplejos.
"El Ojo de Dios, el rostro del Tigre" de Francis Schwitzgebel Torres, es un cuento fascinante que aborda el misticismo y rememora la experiencia de su personaje en su paulatino y abrupto a lo lúdico de descifrar el enigma planteado por su amiga moribunda (María), investigadora ella, en sus palabras agónicas: "Gottes Auge, das Gesichtdes Tigers!". Encontraría sentido, y junto con la imágen inconexa y su actualidad, en un país insospechado, en un estadio de fútbol, donde el apogeo ritual le llegaría colmándolo todo.
Alan Castro, nieto del "Chupa" Riveros, escribe "Tigre para el tango", donde alternando diálogos y recuerdos, nos cuenta la cuidadosa selección nostálgica de ropero que ejercía el recordado hincha No. 1, además relieva la significación del grito de guerra stronguista, cuando provenía del hombre especial, en el momento señalado, todas y cada una de las veces que lo profirió.
Homero Carvalho Oliva, otro autor beniano consagrado, relata en "La esposa del jugador" su propia experiencia iniciática en lo que a La Paz y al Tigre se refiere. Además muestra, nuevamente, como el afecto marca de por vida y predispone para bien.
Pedro Susz, en el breve "Choclo con Queso", recuerda una derrota stronguista en una final con Chaco Petrolero, a partir de la cual su "nueva" camiseta quedaría proscrita para siempre.
Walter Vargas narra la historia de los mellizos Palacios ("Vidas Paralelas"), jugadores de fútbol, stronguistas, con orígen y formación futbolística similar, puestos distintos (4 y 11) y destinos disímiles.
Alfonso Gumucio Dagrón y Carlos D. Mesa Gisbert, en "Descenso" nos llevan por 3ra vez en el volúmen, a los sucesos de Viloco'69, ésta vez narrado desde el recuerdo de una de sus ficticias víctimas (el mudo Torres) y de un, también ficto, componente de la facción militar golpista contraria a Barrientos (Joaquín). En el cuento quedan 2 temas inmanentes: la tésis de que el accidente no fué tal y provino de una conspiración golpista y la conjetura de que, de no haber mediado el suceso, The Strongest hubiera descendido. Conocida la simpatía bolivarista del ex presidente, de las cuatro manos autoras del cuento,dos de ellas; da para la suceptibilidad desde el mismo título del cuento.
Mariana Ruiz Romero, reivindica en "Céspedes", el protagonismo futbolístico de las mujeres, a través de ilusorias féminas en una cocina de ensueño, retrotraídas en medio de un encuentr sexual de la relatora con Céspedes.
Erica Bruzonic exhibe en su “Pierrot” lo hábil y experta cuentista que es, describiendo la resaca (ch aquí) de un magullado hincha atigrado que, con el fondo musical de Jaime Roos, va reconstruyendo los sucesos de los días anteriores (llevaba 2 de semi- inconsciencia) que han derivado en ese, cada vez mas vivido, dolor no solo físico.
Este libro, publicado en 2008 en conmemoración al Centenario de The Strongest, reúne 29 cuentos escritos por diferentes autores, y un poema; además incluye un prólogo escrito por Ricardo Bajo en el que explica el orígen de la publicación. También tiene, en la contratapa, un breve texto del gran Luis H. Antezana.
El primer cuento, "Tigre Virtual", del "Ojo de Vidrio" Ramón Rocha Monroy, es estrictamente un cuento de fútbol (de nor ser por el título, no se menciona al club). En él relata la habilidad de "El Gordo para crear, mediante la tecnología y basado en arquetipos virtuales, al jugador perfecto (El Moncho). Ya concretado el proyecto, el propio "Gordo" se encarga de crear a su némesis, un marcador concebido de la misma manera, al que "El Moncho" solo logra vencer desde la imprevisibilidad.
Juan Claudio Lechín, en "Un Camba Stronguista", nos traslada a la Santa Cruz de los años '60, "cuando casi nadie era de Blooming ni de Oriente Petrolero" y al contarnos la truncada historia del "camba de oro", incluyendo una moraleja redundante de la unidad del país, hace la primera parada del libro por Viloco'69.
"Radiografía de un Gol" de Gonzalo Lema, como lo aclara Bajo en el prólogo, es un fragmento de la novela "Si encuentras a Mary Jo" (Gente Común:2007). Una crónica de un Wilstermann-The Strongest disputado en Cochabamba, en el que se describen muy bien algunas de las características del fútbol boliviano de finales de los '70, la dureza con la que se jugaba entonces y se mencionan algunos nombres de jugadores stronguistas, ya históricos. Es notorio el énfasis que está puesto en los jugadores de Wilster, imcluso el gol del final.
Willy Camacho es autor de "Forever Friends", donde narra la historia del maestro albañil Lucio, capitán de "Tigres del Ande", especialmente la de un partido que define el campeonato zonal contra el celeste y juvenil "Forever Friends", donde él, es protagonista principal (estrena cintillo de capitán especialmente bordado, tiene a su cargo un penal decisivo) y donde finalizaría trágicamente. Durante el relato conocemos la rabia interna (racial-laboral) y el pensamiento íntimo del personaje para con la vida; vemos cómo desde un partido (pasión) se intenta equilibrar, de cierta forma, lo injusto de la cotidianidad.
En "Mermelada y Gol", Mabel Vargas nos vuelve a Viloco'69, a través de un suceso matinal en el que la niña-personaje, graba para sí misma el momento trágico, en forma de sabores, colores y sensaciones.
Oscar Díaz Arnau, muestra con su cortísimo cuento "El Dios Tigre", la efectividad de los relatos cortos cuando de transmitir emociones se trata, y nos deja perplejos.
"El Ojo de Dios, el rostro del Tigre" de Francis Schwitzgebel Torres, es un cuento fascinante que aborda el misticismo y rememora la experiencia de su personaje en su paulatino y abrupto a lo lúdico de descifrar el enigma planteado por su amiga moribunda (María), investigadora ella, en sus palabras agónicas: "Gottes Auge, das Gesichtdes Tigers!". Encontraría sentido, y junto con la imágen inconexa y su actualidad, en un país insospechado, en un estadio de fútbol, donde el apogeo ritual le llegaría colmándolo todo.
Alan Castro, nieto del "Chupa" Riveros, escribe "Tigre para el tango", donde alternando diálogos y recuerdos, nos cuenta la cuidadosa selección nostálgica de ropero que ejercía el recordado hincha No. 1, además relieva la significación del grito de guerra stronguista, cuando provenía del hombre especial, en el momento señalado, todas y cada una de las veces que lo profirió.
Homero Carvalho Oliva, otro autor beniano consagrado, relata en "La esposa del jugador" su propia experiencia iniciática en lo que a La Paz y al Tigre se refiere. Además muestra, nuevamente, como el afecto marca de por vida y predispone para bien.
Pedro Susz, en el breve "Choclo con Queso", recuerda una derrota stronguista en una final con Chaco Petrolero, a partir de la cual su "nueva" camiseta quedaría proscrita para siempre.
Walter Vargas narra la historia de los mellizos Palacios ("Vidas Paralelas"), jugadores de fútbol, stronguistas, con orígen y formación futbolística similar, puestos distintos (4 y 11) y destinos disímiles.
Alfonso Gumucio Dagrón y Carlos D. Mesa Gisbert, en "Descenso" nos llevan por 3ra vez en el volúmen, a los sucesos de Viloco'69, ésta vez narrado desde el recuerdo de una de sus ficticias víctimas (el mudo Torres) y de un, también ficto, componente de la facción militar golpista contraria a Barrientos (Joaquín). En el cuento quedan 2 temas inmanentes: la tésis de que el accidente no fué tal y provino de una conspiración golpista y la conjetura de que, de no haber mediado el suceso, The Strongest hubiera descendido. Conocida la simpatía bolivarista del ex presidente, de las cuatro manos autoras del cuento,dos de ellas; da para la suceptibilidad desde el mismo título del cuento.
Mariana Ruiz Romero, reivindica en "Céspedes", el protagonismo futbolístico de las mujeres, a través de ilusorias féminas en una cocina de ensueño, retrotraídas en medio de un encuentr sexual de la relatora con Céspedes.
Erica Bruzonic exhibe en su “Pierrot” lo hábil y experta cuentista que es, describiendo la resaca (ch aquí) de un magullado hincha atigrado que, con el fondo musical de Jaime Roos, va reconstruyendo los sucesos de los días anteriores (llevaba 2 de semi- inconsciencia) que han derivado en ese, cada vez mas vivido, dolor no solo físico.
Miguel Lundin Peredo (“Cuando Thor odiaba los goles de The Strongest”) refiere como Palomino Lamas descubre la identidad, sueca, de un asesino serial (ex jugador gualdinegro), que tenía como victimas a ignotos jugadores stronguistas del pasado.
Rodny Montoya, en su poema “Al Chupa Riveros”, deja su recuerdo metafórico-emocional del gran hincha inolvidable.
German Arauz Crespo, nos da una poco sutil “patada de bolivarista” con su “El Despertar”.
“El Oro de los Tigres” de Chirstian Vera, trayendo a cuenta un poema de Borges, hace una hermosa exposición de motivos por los cuales el hincha stronguista debe estar orgulloso de serlo; satisfecho de si mismo de toda la significación futbolística extra futbolística que implica el “ser tigre”.
Francesco Díaz Mariscal con su “De equipo no se cambia” trae a la memoria, por ejemplo, el juego de mini fútbol de las tapas coronas. En suma, es el la historia de la formación de un sentimiento germinal, el modo y las costumbres de un hincha que no se deja abatir por nada ni nadie, una de las tantas vertientes que confluyen a la misma pasión.
“Bloqueo” de Manuel Monroy Chazarreta, se aparta de la grandilocuencia e intenta una breve humorada imaginaria durante un bloqueo La Paz-Oruro.
Luís Serrano relata como “Maria” recuerda desde la distancia los anhelados sabores y olores del estadio Siles, en una tarde de clásico al ritmo de “Negra, zamba…”.
Paul Telleria, con “La Revancha” nos narra la posibilidad de una hermandad futbolera paceña (con un fin indeseable en este caso) que sobrepase los convencionalismos fútiles: como el rencor infantil o el amor por una mujer.
Carlos Vargas Guevara en “El Tigre y las cachinas” escribe sobre los recuerdos de un niño, presumiblemente orureño, entre elementos represivos e ingratos, y de cómo un tigre estampado en camisetas comenzaba un enamoramiento indefinido.
Inés Gonzáles Salas, retoma un tema recurrente en el libro: el devenir trágico del hincha stronguista en “El Chancho Colorado”.
Rene “Ciruja” Villegas, en un muy buen cuento “Chayñita de Acero”, relata la niñez de un hincha que premonitoriamente tuvo un encuentro místico con la chayñita en el, nuevamente doloroso, Viloco ’69; y como fue testigo presencial de la caída del avión de acero.
Ricardo Bajo cuenta en su “De cómo una mañana me convertí en Tigre”, su trayectoria emocional hacia/desde The Strongest, dejándonos en claro que a veces los por que sobran cuando del Tigre se habla.
Oswaldo Calatayud Criales, con “34 de Abril o la noche del siglo” deja un relato que, recordando un hecho puntual (el asesinato de un hincha stronguista), en lugar de acudir a recursos lastimeros nos invita a revisitar el lado combativo de nuestra historia, en un retroceso fantástico que incluye nuestra propia fundación.
Victor Montoya, “El Tigre de Achumani en el sueño”, escribió un cuento de corte infantil acerca de un tigre (de carne, hueso y técnica) goleador figura estelar.
Javier Badani Ruiz, con “El Hincha” nos cuenta como un padre (Demetrio Cayoja) puede desaparecer ante la vista de su hijo (Daniel) en una tarde de clásico desde la curva sur.
Liliana Carrillo, en quizá el mejor de los cuentos, escribe acerca de cómo una chica, contestona e inteligente, descubre que “No habia sido choli”.
Un libro excelente, emotivo por donde se lo lea, con pasajes de alta calidad y la participación de reconocidos escritores. Si uno es stronguista, es un deleite garantizado (excepciones mínimas que no deslucen la obra). Si uno es lector curioso solamente, igualmente encontrara en esta recopilación, un muy buen material de lectura y fútbol. Si se es bolivarista, escójase otra lectura.
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