PULP FICTION, FILM & POP


Si las grandes obras son aquellas que modifican preconceptos o convicciones acerca de determinados temas puedo decir que esto fué lo que me pasó después de ver Pulp Fiction, la sensación de haber visto una gran obra; recién la ví muchos años después de su estreno, y de que consiguiera ganarse el título de película de los '90 por excelencia.

Está claro que la violencia es uno de los elementos principales de este film, pero, como ya muchos se han encargado de remarcarlo y el propio Quentin, a ésta violencia, sobre todo subyacente pero también visible, la acompañan los diálogos (irónicos, graciosos, cínicos), ciertos recursos de planos eficaces, administrados de tal forma que le dan la contundencia necesaria a la historia.

Un recurso literario para generar verosimilitud a una historia es el de introducir dentro del relato, elementos cotidianos que no le dejen mas alternativa al lector que aceptar el conjunto como posiblemente cierto. En el caso de esta obra de Tarantino, este recurso lo podemos ver en la aparición de marcas ficticias de productos convencionales, en su caso casi institucionalizada.
Existió, entre los críticos, coincidencia al mencionar como principal fuente cultural de lo que sería lo "tarantiniano", a su trabajo en un video club. Cabrera Infante encuentra en la revista Black Mask, la principal influencia, y mas allá, la genealogía retrocedería hasta Hemingway y su cuento "Los Asesinos"; al respecto dice: "En esta narración breve y maestra la violencia era implícita y solo se hacía explícita en el diálogo de los dos asesinos (ahora se llaman hit men) que entraban en un comedor del medioeste vestidos como dos cómicos de vodevil. Su diálogo era duro primero, luego amenzante y finalmente letal. Ni mas ni menos es el diálogo entre Vincent Vega (john Travolta) y Jules (Samuel Jackson) frente a los tres muchachos(...) Tarantino ha aprendido con Hemingway a contar su segunda película y aunque acude a la etiqueta de pulp fiction esta Pulp Fiction es ficción pero no es pulpa."(1)

Como guionista genial, Tarantino conoce sin duda el manejo del lenguaje dentro de la estructura de los relatos, sobre todo policiales (2), y pudo intercalar, dentro de su línea argumental (montada en desorden para nuestro deguste), elementos de la cultura popular (hamburguesas, celebridades, citas cinéfilas), lenguaje vulgar y humor negro con ritmo narrativo, hábil fotografía y actores precisos para culminar con el propósito de la gran película.

Personajes que uno supone siniestros terminan identificándonos; y uno siente, que en determinadas circunstancias, en situaciones x, terminaría por cargarse la cantidad de muertos que fueran.

Los antihéroes son los únicos posibles.

Quienes minimizan el film, trayendo a cuenta, en buena hora, similitudes y cuasi "plagios" de guión o montaje, en los que hubiera incurrido el autor, creo que se equivocan. Como se sabe, la originalidad completa no existe, y aún los remakes, o los declarados refritos, han sabido en ocasiones superar a sus predecesoras. Es mas, Tarantino es explícito y algunos recursos de sus grandes maestros son tan visiblemente expuestos y manifiestos, que no da lugar a especulaciones.

No se si Tarantino hara otra "Pulp Fiction", pero con la que tenemos ha sido suficiente para la posteridad.
(1) Guillermo Cabrera Infante. "Cine o Sardina" Santillana, 1997. Madrid. pgs. 284-285.
(2) Luis H. Antezana define la novela negra y hace un paralelo con el cine de Tarantino: "Desde ya la novela negra es una ficción pulp, es decir, una de esas publicaciones masivas, en ediciones baratas y descartables, destinadas a un mercado de lectores interesados en distraerse un rato, con acciones duras, rápidas y, en este caso violentas (sangrientas) poco o nada atentos a su elaboración literaria; sin embargo el género ha albergado a (o producido) notables escritores y obras. Con Hammet como modelo y estímulo, Raymond Chandler empezó escribiendo cuentos para la revista pulp Black Mask y, desde ahí y su género creo a Phillip Marlowe y sus aventuras (...)A veces se puede extrapolar muy rápido éste género y considerarlo una especie de espejo del lado malo de las sociedades; algo de eso hacen sus escritores al diseñar sus contextos, pero, basicamente, como toda literatura este es también un género fundamentalmente ficticio -i.e. hasta 'creativo' en sus mejores logros. Al respecto, como una síntesis del género, subrayando su lado, precisamente, inventivo, recomendaría ver o pasar la película Pulp Fiction, de Quentin Tarantino, que juega con todos los elementos pulp, precisamente, del género." Luis H. Antezana. "Un pajarillo llamado Mané". Plural, 1998. La Paz. pg. 82.