SABINA PRESO EN MI CIUDAD

Como un explorador, éste tipo rondaría por una noche de La Paz, sin desentonar, mas bien confundido.
Sujetando postes, o tal vez a la deriva él te diría que es Joaquín Sabina, ése que canta, y quizá tú no le creerías y pensarías que es un essspañol manguero que ha visto tu tapado lleno, o un metido que quiere agarrarse a alguna de tus chicas; y, a la mierda, termine quedándose porque tiene whisky el muy cabrón y con eso se ha garantizado no solamente su permanencia, también incluso, un trato cordial.
¿Qué hace un sujeto así, aquí? Pudiendo estar cogiéndose a las minas que quiera, cómodo en cualquier boliche de San Miguel, escuchando formales alabanzas, firmando discos y caderas. Nooo, algo anda mal, éste viejo es Sabina, y no tendría porqué estar sentado en unas graditas de la 20 de octubre.
¿No era que estaba enfermo y ya no podía hacer nada? No, ya estaba bien. De todos modos si fuera él, tendría que estar como viejo hecho mierda que es, abrigado con su chompa y una gorra de lana que le proteja el cerebro cuidado por los veinte pajeros que le deben acompañar en sus giras y esas pocas mujeres que alguna cualidad de mujer deben tener para cuidar al sujeto que les da de comer y les da masa.
Por lo triste que estuvo y está, debe ser él; tan jóven que está para cagarsele de risa en la cara, tan viejo que nos tendría que invitar a un lugar lejos del frío, pero donde se pueda ir caminando.
Lo peor es que si vinieran los tombos a joder, y uno les dijera que estamos con Sabina, los muy caballos no sabrían ni de quién carajo estamos hablando... nos botarían el trago igual; y como lo verían a Joaquín con su ternito de gamuza, y esos detalles que tienen los tipos con plata, ya le buscarían tres pies al gato para extorsionarlo con alguna de sus hipócritas cantaletas como de viejo corruptor, de los lloq'allas drogadictos, de toda esa cochinada que se saben como la biografía de Morales.
Sería cosa de preguntarle, salir de la duda y listo. Pero, ¿qué me va a decir? "Si, soy Sabina; ahora todos me tienen que chupar la polla". No. Con lo jodido que es el man, va a negarlo hasta el odio, magistralmente; jodido y necio, antes de reconocer nada es capáz de intentar sacarse la mierda con el preguntón (así como está y todo, quizá ganaría) o, tal vez, como buen cínico, diga que "sí, soy yo" y se cague en la noticia, y nos caguemos en la noticia con él en una nueva demostración de que en esta farra (como en cualquiera) lo mas importante es la misma farra, seas Sabina, Jorge Campero o David Castro.
Y ahora que se me metió la idea en la cabeza, no hay quién me la saque, si este patón no es Sabina, yo estoy recontra pasado, y si nadie más se dió cuenta es que estamos todos pasados. Falta que después que terminen de cantar éste tema de Chilli Pepper's, a algún imbécil buen fisonomista se le dé por cantar Princesa esperando la indiferencia prevista del viejo advenedizo y para seguir la corriente termine por librarse de nosotros siendo amabale e invitándonos a un boliche exclusivo donde no podamos comprar ni un puto cigarro de nuestros bolsillos.
Si fuera ¿Por qué a esta ciudad? Si aquí no quiere venir nadie, a no ser por la fuerza o para sacarse fotos exóticas, como si estuvieran posando entre niños desnutridos de panza gigante comiendo gusanos. Aunque, tal vez no sea tan descabellado suponerlo: en ésta caminó Borda hecho aca como si nada en la calle, salió a comprar pan Ramiro Castillo y era como si tuviera la obligación de pagar el doble, y así con muchos de los supuestos... ¿héroes, ídolos? Nada de eso, al revés: por la notoriedad, ellos y otros, se han asegurado un sitial perpetuo en el podio del desprecio. Ahh, pero el tipo es extranjero, ahí puede cambiar el asunto; esa condición, entre nos, hace que se abran las puertas, los brazos, las piernas de la ínclita; refulge mágicamente un aura que provoca la sonrisa de las abuelas, que deshiela las bocas adustas de los letrados, hace que se aprieten los dedos de los pies de mis vecinitas... Pero tampoco termina el asunto ahí, pronto se acaba el efecto de la novedad, y si no te vas pronto...
Lo mas seguro es que siga recordando estos desvaríos como otra mala experiencia que és seguir en la calle, que me siente cómodo en la silla de mañana y con la verga cansada, me dé por escribir a lo Sabina, pero no resacar como él.
Lo menos seguro, y por eso lo cierto, es que el bien parido en Úbeda se encuentre en uno de esos accidentes espacio-tiempo, onda El Angel Exterminador, y no pueda salir nunca mas de aquí; y se pudra conjunta nuestra medianía y su infamia haciéndose cotidianidad de canciones ratas para manos frías, y se termine convenciendo que eso es la felicidad.