HERRERA Y REISSIG EN LA TORRE DE LOS PANORAMAS

Amor Sádico (Los Parques Abandonados I)

Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante
Ya no te amaba, sin embargo el beso
de la repulsa nos reunió un instante...

Agrio placer y bárbaro embeleso
crispó mi faz, me demudó el semblante.
Ya no te amaba y me turbé, no obstante
como una virgen en un bosque espeso

Y ya perdida para siempre, al verte
anochecer en el eterno luto,
-mudo el amor, el corazón inerte-,

huraño, atróz, inexorable, hirsuto
¡jamás viví como en aquella muerte,
nunca te amé como en aquél minuto!

Entre los representantes de la poesía modernista de principios del siglo XX, es norma hablar de Rubén Darío, también de Leopoldo Lugones. La inclusión de Ricardo Jaimes Freyre en el olimpo poético fué un logro, ya que en las primeras antologaciones y estudios acerca del modernismo latinoamericano no se lo incluía. Menos difícil, pero a su vez también poco valorada, fué la aceptación unánime de la obra del oriental Julio Herrera y Reissig entre las mas representativas del modernismo.

Zum Felde, el mas importante crítico e historiador literario de Uruguay, refiere parte de la polémica ocurrida en torno a la pre eminencia de Lugones sobre Herrera o de Herrera sobre Lugones, polémica de la cual son parte, entre otros, Horacio Quiroga y también Franz Tamayo.

Es de conocimiento general que el movimiento modernista fué duramente criticado en su tiempo por haber sido inspirado en su totalidad en la cultura europea, el simbolismo francés propiamente, sin considerar elementos propios de las naciones latinoamericanas a las que pertenecían sus poetas. El caso Herrera y Reissig es un paradigma de dicha crítica.

Los temas poéticos de Herrera no tienen referencia alguna de Montevideo, ni aún de Uruguay o de las tierras rioplatenses, es público su desprecio por todo lo relacionado con su terruño, tratándose de literatura y arte en general. Herrera ignoró América, pero en verdad, pese a sus motivos heleno latinos y franceses, ignoró al mundo y se refugió en su Torre de los Panoramas (altillo de su casa en el que se reunía devotamente parte importante de la cultura montevideana y porteña) sitio en el cual produce su obra y donde recibe a las musas de la Europa que jamás conoció.

La Torre de los Panoramas, fué su exilio de la realidad, su taller de angustia, un sitio que representaba la evasión mas dulce y refinada de su estilo lírico, donde elaboró su desconcertante poesía. Tuvo que salir de ella cuando su padre murió y no pudo sostenerse más la casona Herrera.

Julio Herrera y Reissig murió a los 36 años, enfermo y sin reconocimiento en su patria. Él se lo buscó, por ser poeta.