EL LIBRO DEL FANTASMA (DOLINA-2003)

En este libro cuentos escrito por el conocido radialista, escritor y filósofo porteño Alejandro Dolina, el narrador relata como es abordado por un alma en pena una tarde en la plaza del barrio de Devoto en momentos en que aquél acababa de sufrir un engaño amoroso. El ente, definiendo su situación como "un desperfecto jurídico de ultratumba", señala que su condición de espectro se mantendrá mientras no concluya de escribir un libro por el cual cobró y gastó el dinero en vida sin poder terminarlo. Entonces pide al narrador que escriba 200 páginas de cualquier género ofreciéndole a cambio la entrega de una flor con la cuál él enamoraría a la mujer de su vida. A partir de este relato introductorio (El Fantasma I) se infiere que esa es la motivación del contenido de "El Libro del Fantasma".


Así, en rlatos siguientes iremos encontrándonos con personajes como: el pensador de Flores Manuel Mandeb, las almas sensibles de Flores, Bernardo Salzman, o el Angel Gris. "El Extraño Idioma Kampung Sebula" cuenta como el profesor Ferguson enseña un supuesto idioma de la isla Natura Besar a los hermanos Giagrante. En ése afán nos encontramos ante arbitrarias e ingeniosas reglas gramaticales, que cada vez van tornándose mas cercanas al absurdo, pero sin abandonar cierta lógica afín al propósito mismo del cuento. A continuación tenemos el -ya- entrañable "Instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight" donde Dolina alterna lo prosaico del acto de abrir un envase de jabón con sus propósitos "reveladores" ("Usted finja que está abriendo este estúpido paquete y yo le diré algunas verdades"); así, reivindica la trsiteza, planteando que en general, las preocupaciones cotidianas solo tienen el propósito evadirnos del tema central de la vida: la muerte.


En "Arena", "Espejos I", "Espejos II", aborda temas típicamente borgeanos, pero no con la pretensión de continuidad del tenor del gran ciego, y si con la búsqueda de perplejidad del lector, como de sí mismo.


En "El arte de la Ausencia" se relata el arte interpretativo-actoral de Ian Wilenski, que consistía precisamente en no estar en el escenario; siendo que su rol fué mutando gradualmente desde su presencia física en el escenario (muerto) hasta su total ausencia, que llega al nivel máximo de ni siquiera ser visto, ni aún saberse con certeza de su existencia.


En "Atlas del Infierno" están presentes algunos elementos de la obra de Emmanuel Swedenborg al relatarnos la elaboración del "Atlas..." por el bibliotecario Vicente Peluffo, quien escribe el mismo a partir de referencias bibliográficas diversas: así Dolina, maravilla con descripciones basadas en antecedentes librescos (Milton, el mismo Swedenborg...), consideraciones geográficas, demográficas, incluso jurídicas ("Es posible salir del infierno salvo que uno haya comido algo en él. Después del primer bocado las puertas se cierran para siempre"). Lo curioso, además, es el origen que dió lugar a su redacción: Enzo Lucione, un predicador de la palabra que consideraba que una pistola era mas eficáz que la Biblia, cambió su método intimidatorio encargando el folleto infernal a Peluffo.


En los cuentos posteriores, nos encontramos con una narrativa conjetural-especulativa similar en "Libros Extraños", "Los Thugs", "Fuentes de la Juventud", "Diablo" y "Las tetas de Devoto", entre otras.


"Relatores" refiere el trayecto como relator deportivo de Héctor Bandarelli, que se remonta al tiempo en qué éste fuera entre ala izquierdo del equipo de Empalme San Vicente, cuando él mismo relataba sus propios partidos y, ocasional y parcialmente, se elogiaba a sí mismo. Luego, al ser excluído del equipo, comenzó a seguirlo y relatar, desde fuera, sus partidos (sin micrófono, ni transmisión formal). La transición en su modo de relatar se suscitó al pasar de relatar partidos reales a imaginarios. Alcanzando un nivel de artista del relato, manejando los tiempos, lo épico y lo usual, la tonalidad y dramatismo acordes o discordantes (ésto último, una licencia del reseñista). En 1965, relató un campeonato paralelo al oficial, el cual culminó con Unión de Santa Fé Campeón y River al descenso (¡visionario!). Siendo su obra cumbre el relato del partido Alemania - Villa Dálmine (a pedido de la Asociación Cooperadora del Colegio Alemán). Finalmente escribió libretos para la perennidad de su obra.


"El Fantasma VI" finaliza el libro con el diálogo entre el Fantasma y el narrador, quien consigue concluir con el libro encargado (¿que sería éste mismo?), llegando a la conclusión de Mandeb sobre la imposibilidad de un paraíso general, el que pueda abarcar todas las dichas. plantenado un "Proyecto para la reforma del Cielo". El narrador le reclama al fantasma sobre la flor que éste le entregara señalando que la misma no sirvió, ante lo cual responde el fantasma que esa mujer no era la amada y por eso no fué efectiva. Se concluye que no hay cielo, ni infierno... ni fantasmas.


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